Las opciones optimistas me parecían poco reales, y las tristes demasiado personales, las que no dan pistas parecían un laberinto y las que lo dicen todo demasiado evidentes. No me servia nada, no me servía cualquier cosa.
Así que, como muchas otras veces, me he dado cuenta que no lo estaba enfocando bien. Ha hecho falta tiempo y perspectiva.
Al final, mi tema no ha resultado ser ni original, ni sorprendente, no es algo muy meditado, es, para variar, mi mente pensado mas deprisa de lo que escriben mis dedos.
Que cerca están las cosas que nos salvan, las cosas que vale la pena conservar, están tremendamente cerca y estamos tremendamente ciegos. Nos obcecamos en planes y destinos, caminos largos hasta llegar a los objetivos, lo que haremos cuando tengamos noseque que conseguiremos cuanto podamos pagar nosecuanto. Y hasta entonces que? Hasta entonces vemos la vida pasar, sin aprovechar las mañanas en el hospital, sin disfrutar del sol a las cuatro de la tarde, sin él y él sin ti.
Hoy no pretendo ser coherente, ni quiero que sea fácil leerme, hoy voy a ser un camino difícil de seguir, una de mis peores explicaciones, uno de mis más sinceros pensamientos. Hoy se trata de que, como muchas otras veces digo, pares un segundo el reloj y mires tu vida. Se trata de que decidas si te estas enfadando por cosas que valen la pena, si te pasas el día quejándote aunque no te des cuenta, si le dices a la gente que te gusta las cosas buenas que te aportan, si les dices buenos días, si les valoras como merecen. Se trata de que asumas que esta es tu vida, ahora mismo estas en ella, y no es dentro de un mes, ni cuando encuentres trabajo, ni cuando acabes la carrera, es YA.
Mañana será un gran día, y no por ti, ni por mi,
sino por todos lo que no van a tener un gran día.
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