Crónicas de una fisio en prácticas: Se acabó lo bueno

   Todo sea dicho, se acabó hace una semana, pero había que tener fuerzas para escribirlo. No es simplemente que el sitio me guste, que la gente haya sido muy simpática y que vaya a echar de menos a los niños, no. Es el hecho de haber encontrado lo que me gusta, lo se, lo noto, algo dentro me lo dice. Y si puede que trabaje en otros campos, puede que tarde mucho en volver, puede que sea muy complicado entrar en un sitio así o trabajar en ese ámbito, pero ya tengo una meta. Es mi meta y tengo un plan, así que prepararos porque no pienso parar.

Lo difícil siempre fue encontrar la motivación, cuando la tienes, no la dejes escapar, es tu mayor arma.

Saltamontes

Ella se subia los pantalones, él se iba al aseo y el eco de un rutinario "Te quiero" quedaba en el aire, cada vez menos creible, cada vez menos humano.

Crónicas de una fisio en prácticas: Semana V

   Realmente no se si os interesa, os aburre u os es indiferente. Pero como voy a seguir escribiendo pues espero que sea la primera opción. 
 
   Esta experiencia está llegando a su fin, y es que apenas me quedan 7 días por el cole. Pero no ha sido poco, han sido cinco semanas de cariño y de aprender, de empatía y de mucha paciencia, de saber como tratar a cada niño y de sufrir un poquito cuando tienen un día malo. Ha sido uno de esos momento cruciales en los que piensas, quiero dedicarme a esto, porque hasta el momento no he encontrado nada que me llene más, ninguna otra opción que me saque una sonrisa aunque me coma 80 kilometros diarios y ya me haya escuchado toda mi música un par de veces, porque casi puedo jurar que esto es y será LO MIO.

   Esta semana voy a ser un poquito más emocional, si me lo permitís, mejor dicho, no podéis impedírmelo. Espero que solo sean restos de las charlas que recibí el sabado, en las que hablaron mucho de lo importante de las emociones en la rehabilitación y el tratamiento de pacientes, sobre todo de este tipo. Pero bueno sea por el motivo que sea, esta semana estoy un poquito más melancólica. 

   Como pequeño aporte voy a explicar algo que aprendí ayer de la mano de Juan Anaya, con lo que podéis estar de acuerdo o no, pero él explicaba que las emociones son algo físico, es decir son una manifestación física e involuntaria. Es algo que para cuando tú te quieres dar cuenta, ya te está pasando, es algo imparable, irrefrenable, es tu cuerpo hablando literalmente. Son esos nervios en el estomago, esos pelos de punta, esa sonrisa involuntaria, es todo eso a lo que tu después le pones nombre. Entonces, que manda más tu "yo interno" que siente antes que piensa, o tu mente racional que decide que debes y tienes que ser feliz?  

                           

   Y en esta linea nos dice que si un paciente no quiere levantar el brazo para coger algo, no lo hará, no porque no pueda extenderlo, no porque tenga retracciones (que no se si las tiene) sino porque no ve la necesidad, no quiere hacerlo o no le interesa. 

   

    No digo que esto sea aplicable a todo el mundo, pero si a cierto tipo de pacientes. Y es que muchas veces hablamos de pacientes colaboradores y no colaboradores, y dejamos la culpa del fracaso del tratamiento en sus manos, porque son ellos lo que no quieren recuperarse, pero realmente es eso? O es simplemente que no hemos encontrado la manera de llegar a ellos? La forma de hacerle ver, o de plantearle algo que realmente a él le interese. Es posible que no podamos comunicarnos con ellos, que no podamos saber que les gusta y que no, pero entonces es momento de escuchar a sus emociones, porque son algo primitivo, son algo que tu sistema nervioso primario tenía, y probablemente ahí es donde pueden encontrar su camino.

Kilometros

A veces duraba más, a veces duraba menos

pero siempre la misma sensación. 

Creía que podía escapar, pero solo aguardaba 

el momento preciso, para estallar. 

Como en cualquier final apoteósico, 

tenía dos opciones,

 y el problema siempre estaba en diferenciar, 

cual de las dos era rendirse y cual era luchar.

Crónicas de una fisio en prácticas: Semana III

   Halloween, hipoterapia, feria de cocentaina...esta semana no hemos parado, y es que si no es una cosa es otra. El martes tuvimos halloween, jamás habia visto yo un despliegue de medios semejante, la casa del terror de la feria un paseo en comparación. 

   La hipoterapia fue el miércoles, y como ya me esperaba no tenía nada que ver con la que hacíamos en VITAE. Se trata de otra metodología donde se actúa a nivel grupal con nenes de patologías similares, nenes que tengan problemas de espaldas, espasticidad, autismo,etc. Lo bueno del caballo es que les aporta una visión del mundo que pocas veces tienen, en niños que nunca han podido andar o que han perdido esa capacidad, montar a caballo les devuelve un poco esa experiencia. Y es que el paso del caballo a cuatro tiempos genera unos impulsos a nivel de columna que fomenta todas esas reacciones de enderezamiento que buscamos en la sala de fisio,  de una manera mucho más natural y coordinada. 

    Por ejemplo, el miércoles fue en la hípica una nena que no tiene apenas movilidad voluntaria en ninguna extremidad excepto en el cuello, y solo cuando consigue relajarse, que son pocas veces. Es asustadiza y tiene mucha espasticidad en los cuatro miembros. En sala muy pocas veces conseguimos relajarla, depende del día y de como este, al final de la sesión mueve el cuello un poco. En la hípica ha sido como ver un milagro, nada más montarla al caballo ha relajado los miembros inferiores y ha podido ponerse en una buena posición para montar. A pesar de que la sujetaba un chico que no la conocía no se ha puesto tensa y en un par de vueltas ella sola movía la cabeza en todas direcciones. La primera semana dije que no vería grandes cambios ni milagros, y mira por donde es justo lo que me pareció ver el miércoles. 

   Nenes que no se pueden comunicar hay muchos, pero verlos en esos momentos te devuelve ese feedback que tanto necesitas a veces para saber por donde debes ir y por donde no. A lo largo de las semanas que llevo en el colé he visto como se aplican diferentes tratamientos a los niños, y cuando me ha tocado a mi hacerlo he seguido las pautas de mis tutores. Me pregunto si yo sería capaz de decidir correctamente que motiva al niño y que le falta para poder hacer un tratamiento a su medida. Me encantará descubrirlo.