Quizá este sitio ha perdido un poco de valor, quizá lo necesito un poco menos por tu culpa, o gracias a ti.
Creía conocerme, pensaba que realmente yo era de cierta manera. Me veía fría, independiente (hasta la medula), con los planes muy claros. Sabía que no era una persona cariñosa per se. Sabía que poca gente consigue derretirme y que soy un poco bipolar. Me aburro rápido de muchísimas cosas, como de mi pelo. Y que nunca jamás tenía nada claro, ni seguro al cien por cien.
Hasta que llegaste tú, llegaste con esa media sonrisa tuya cuando te pones nerviosa o te digo cosas bonitas, con esa forma de ser tan arrolladora, con esas ganas de ganar. Con toda tu fe en que no hablas pero a mi me cuentas mil historias. Llegaste con tus cervezas de después de trabajar, con tus cero ganas de ir a la playa, pero aun así hemos pasado el verano entre arena, puestas de sol y Ruffles.
En dos días me tenias desquiciada y la vez ya sabía que eras tú. Sabía que me perdería en tu mirada, que escuchar tu risa me alegraría un día entero de trabajo, que la buscaría aunque no fuera conmigo solo por el lujo de ver como haces lo que te gusta con muchísima pasión.
Has llegado como un huracán que me desmonta por dentro, que me hace dudar de todo menos de nosotras, que me anima y me empuja hacia delante. Has llegado para quedarte y no puedo estar mas completa a tu lado.
Y aunque siguen costandome estas muestras de amor en público, te lo debo, porque ha sido un año caótico. Pero por suerte para mi, y no lo neguemos, para ti también, ha sido increíble tenerte estos meses conmigo y jamás me habría imaginado que aquella chica tan morena hoy sería lo mas bonito de mi año.
